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Casas soñadas: El hogar ideal de Alberto Marcos
El arquitecto, director de AMPS Arquitectura y Diseño, propone una imaginativa e interesante narración a través de 16 imágenes.
AMPS Arquitectura y Diseño
1 October 2015
Esta casa forma parte de una serie en la que reconocidos arquitectos e interioristas han aceptado el reto de diseñar la vivienda de sus sueños con imágenes de Houzz. La única regla es que no hay reglas. El único límite: su capacidad para encontrar lo que más les guste en un océano de imágenes de interiores de medio mundo.
Construir una narración a través de imágenes sacadas fuera de su contexto se ha convertido en una práctica común a la hora de diseñar, con el moodboard convertido en un ‘a priori’ del proyecto. Este collage de referencias es generador, con mayor o menor coherencia, del vínculo emocional con el cliente: un frankenstein arquitectónico como punto de partida. La casa ideal es una entelequia, y sólo existe en nuestra imaginación. Una casa no la construyen ni la distribución, ni los revestimientos, ni el mobiliario, ni la iluminación, ni ninguno de los demás elementos que participan en su construcción, sino la manera en la que los mismos son interpretados y vividos por quienes en ella habitan. Las casas son entes vivos: crecen, se transforman y se realizan plenamente en las mentes de sus moradores. Las casas no nos pertenecen, más bien nosotros les pertenecemos a ellas.
Siempre me ha extrañado que la mayoría de las fotografías residenciales de interiores estén huérfanas de personas. Por ello, he decidido crear un personaje, un alter ego que recorra los diferentes espacios de esta casa ideal, un diletante que utiliza su casa como mundo, y que se transforma con la casa, evitando en lo posible salir de ella: el Marqués del Cuarto de Atrás.
Voy a trazar un recorrido por esta “casa ideal” en su “condición líquida”, tomando las palabras de Bauman (ver nota a pie de texto), donde la “flexibilidad sustituye a la solidez como la condición ideal a perseguir”. Decía el gran pintor y escultor Joaquín Vaquero Turcios, que toda buena casa se articula alrededor de una mesa. Así quiero construir esta suerte de casa ideal, de cadáver exquisito donde el hilo conductor sea la superficie horizontal que invita al encuentro.
Existe además una cualidad insobornable en el diseño residencial que me gustaría aquí resaltar, la “identidad”. La segunda acepción en el diccionario de la RAE dicta: “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”. Este conjunto de rasgos, es lo que la individualiza y la hace única y lo que la convierte en algo más que una imagen.
Nota: Bauman, Zygmunt. Liquid Modernity, Polity, Cambridge, UK, 2015.
Construir una narración a través de imágenes sacadas fuera de su contexto se ha convertido en una práctica común a la hora de diseñar, con el moodboard convertido en un ‘a priori’ del proyecto. Este collage de referencias es generador, con mayor o menor coherencia, del vínculo emocional con el cliente: un frankenstein arquitectónico como punto de partida. La casa ideal es una entelequia, y sólo existe en nuestra imaginación. Una casa no la construyen ni la distribución, ni los revestimientos, ni el mobiliario, ni la iluminación, ni ninguno de los demás elementos que participan en su construcción, sino la manera en la que los mismos son interpretados y vividos por quienes en ella habitan. Las casas son entes vivos: crecen, se transforman y se realizan plenamente en las mentes de sus moradores. Las casas no nos pertenecen, más bien nosotros les pertenecemos a ellas.
Siempre me ha extrañado que la mayoría de las fotografías residenciales de interiores estén huérfanas de personas. Por ello, he decidido crear un personaje, un alter ego que recorra los diferentes espacios de esta casa ideal, un diletante que utiliza su casa como mundo, y que se transforma con la casa, evitando en lo posible salir de ella: el Marqués del Cuarto de Atrás.
Voy a trazar un recorrido por esta “casa ideal” en su “condición líquida”, tomando las palabras de Bauman (ver nota a pie de texto), donde la “flexibilidad sustituye a la solidez como la condición ideal a perseguir”. Decía el gran pintor y escultor Joaquín Vaquero Turcios, que toda buena casa se articula alrededor de una mesa. Así quiero construir esta suerte de casa ideal, de cadáver exquisito donde el hilo conductor sea la superficie horizontal que invita al encuentro.
Existe además una cualidad insobornable en el diseño residencial que me gustaría aquí resaltar, la “identidad”. La segunda acepción en el diccionario de la RAE dicta: “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”. Este conjunto de rasgos, es lo que la individualiza y la hace única y lo que la convierte en algo más que una imagen.
Nota: Bauman, Zygmunt. Liquid Modernity, Polity, Cambridge, UK, 2015.
Cocina-comedor
Para la primera estancia de esta casa ideal voy a hacer el ejercicio contrario: imaginar una
mesa que se asoma a un paisaje y después bucear en el archivo de Houzz. La cocina es el centro del hogar, el lugar donde se prepara la comida, pero también donde se comparten historias durante las cocciones. La cocina queda en la trasera de este espacio para el comer al que me puedo asomar desde una doble altura. Un espacio donde mesa, suelo y revestimientos de paredes se resuelven con el mismo tablero de pino. En la pared que queda enfrente del espacio exterior en el ámbito de la mesa, el tablero ha sido velado de blanco con pintura al agua, recogiendo la luz del jardín o patio. La trasera de la cocina se resuelve con una chapa de acero y los utensilios a la vista.
El marqués siempre ha echado en falta una barra para acodarse con su vino y preparar los alimentos, isla dentro de este espacio’.
Comedor: Mezcla estilos y dale un aire desenfadado y personal
Para la primera estancia de esta casa ideal voy a hacer el ejercicio contrario: imaginar una
mesa que se asoma a un paisaje y después bucear en el archivo de Houzz. La cocina es el centro del hogar, el lugar donde se prepara la comida, pero también donde se comparten historias durante las cocciones. La cocina queda en la trasera de este espacio para el comer al que me puedo asomar desde una doble altura. Un espacio donde mesa, suelo y revestimientos de paredes se resuelven con el mismo tablero de pino. En la pared que queda enfrente del espacio exterior en el ámbito de la mesa, el tablero ha sido velado de blanco con pintura al agua, recogiendo la luz del jardín o patio. La trasera de la cocina se resuelve con una chapa de acero y los utensilios a la vista.
El marqués siempre ha echado en falta una barra para acodarse con su vino y preparar los alimentos, isla dentro de este espacio’.
Comedor: Mezcla estilos y dale un aire desenfadado y personal
Entrada
La entrada de una casa es nuestro primer contacto con el mundo interior. A nuestro personaje le gustan las puertas que devuelven la mirada, amables como esta, que permite asomarse sin ver y que conforma un pequeño espacio para intuir lo que nos espera. La entrada entendida como filtro, que, en este caso, se abre a un jardín.
La entrada de una casa es nuestro primer contacto con el mundo interior. A nuestro personaje le gustan las puertas que devuelven la mirada, amables como esta, que permite asomarse sin ver y que conforma un pequeño espacio para intuir lo que nos espera. La entrada entendida como filtro, que, en este caso, se abre a un jardín.
Puerta trasera
La puerta trasera de esta morada, y muchas veces la más interesante, es de tablero de pino sobre un muro ciego con un enfoscado tosco, industrial, fratasado. Dos escalones volados con el mismo tablero levitan sobre la cota de suelo, invitándonos a entrar. Cuando la casa está cerrada es una fortaleza inexpugnable y anónima; o casi.
La puerta trasera de esta morada, y muchas veces la más interesante, es de tablero de pino sobre un muro ciego con un enfoscado tosco, industrial, fratasado. Dos escalones volados con el mismo tablero levitan sobre la cota de suelo, invitándonos a entrar. Cuando la casa está cerrada es una fortaleza inexpugnable y anónima; o casi.
Hall
Los pocos visitantes que recibe nuestro anfitrión, entienden pronto que el entrar no es sólo una puerta que separa el interior del exterior, sino un espacio más complejo, el umbral, un espacio de transición. En nuestra casa, un suelo de hormigón y una serie de muros de mampostería con unos gruesos cargaderos de madera oscura nos invitan al tránsito, a perseguir al niño en la bicicleta, (un sobrino risueño), tras las paredes.
Propósito para septiembre: Sácale al recibidor todo su partido
Los pocos visitantes que recibe nuestro anfitrión, entienden pronto que el entrar no es sólo una puerta que separa el interior del exterior, sino un espacio más complejo, el umbral, un espacio de transición. En nuestra casa, un suelo de hormigón y una serie de muros de mampostería con unos gruesos cargaderos de madera oscura nos invitan al tránsito, a perseguir al niño en la bicicleta, (un sobrino risueño), tras las paredes.
Propósito para septiembre: Sácale al recibidor todo su partido
Detrás de la puerta, un pequeño pasillo, dónde parece que entremos en un espacio dónde suelo y techo se hayan invertido. El suelo es claro, con un gresite circular que dibuja el invisible felpudo indicando el arranque de escalera pintada de negro y con un pasamanos que da la vuelta sobre uno de los costados y el techo de una madera oscura, propia de los suelos industriales del entorno fabril en el que se inspira. Sobre la escalera un lucernario derrama la luz sobre el pasillo, invitándonos a subir. La combinación de interruptores y tiradores negros sobre el blanco de paredes y puertas es un bello contrapunto.
Salón
El salón es el corazón de esta vivienda. Un lugar dominado por una enorme estantería a doble altura, como una enorme máscara de libros. Pero no sólo libros, sino pequeños objetos encontrados que construyen una Wunderkammer, (vitrina de curiosidades), que se popularizaron en Alemania en el siglo XVI, y que construyen una historia, la historia de la casa y sus moradores. La estructura de la cubierta con cerchas de par y pendolón, o “a la española” cómo también se la conoce, de madera, y un altillo con una cercha metálica pintada de blanco en el sentido opuesto. Una capilla urbana. Butacas escandinavas a lo Kofod Larsen, y una mesa de olmo, con un poema de Alejandra Pizarnik calado, y diseñada para esta casa en primer término. Detrás, una escalera que sube a la planta de dormitorios. La altura de este espacio permite que el techo desaparezca y que un interior se habite como un exterior.
El salón es el corazón de esta vivienda. Un lugar dominado por una enorme estantería a doble altura, como una enorme máscara de libros. Pero no sólo libros, sino pequeños objetos encontrados que construyen una Wunderkammer, (vitrina de curiosidades), que se popularizaron en Alemania en el siglo XVI, y que construyen una historia, la historia de la casa y sus moradores. La estructura de la cubierta con cerchas de par y pendolón, o “a la española” cómo también se la conoce, de madera, y un altillo con una cercha metálica pintada de blanco en el sentido opuesto. Una capilla urbana. Butacas escandinavas a lo Kofod Larsen, y una mesa de olmo, con un poema de Alejandra Pizarnik calado, y diseñada para esta casa en primer término. Detrás, una escalera que sube a la planta de dormitorios. La altura de este espacio permite que el techo desaparezca y que un interior se habite como un exterior.
Sala de estar
En otros tiempos, los salones sólo se utilizaban para las visitas, y los moradores se encerraban en pequeñas salas de estar al abrigo del fuego a leer o a conversar. En esta casa imaginaria hemos incorporado una sala de estar generosa, que se asoma a un palmeral, con una doble altura inaccesible que comprime el espacio donde sentarse. A nuestro habitante le fascina: la crudeza de las paredes cerámicas pintadas de blanco; el solado de hormigón pulido y la dislocación de la vista; las carpinterías de aluminio en negro y las pequeñas esculturas en negro que pueblan el altillo. Los bancos y la mesa son de madera y rústicas, contrapunto a este remanso contemporáneo.
En otros tiempos, los salones sólo se utilizaban para las visitas, y los moradores se encerraban en pequeñas salas de estar al abrigo del fuego a leer o a conversar. En esta casa imaginaria hemos incorporado una sala de estar generosa, que se asoma a un palmeral, con una doble altura inaccesible que comprime el espacio donde sentarse. A nuestro habitante le fascina: la crudeza de las paredes cerámicas pintadas de blanco; el solado de hormigón pulido y la dislocación de la vista; las carpinterías de aluminio en negro y las pequeñas esculturas en negro que pueblan el altillo. Los bancos y la mesa son de madera y rústicas, contrapunto a este remanso contemporáneo.
Dormitorios
El Marqués siempre dice que el mejor dormitorio de la casa es aquel donde mejor concilia el sueño, recostado en el sofá del salón, a medio sumergir en la bañera, o sobre el periódico tras una lectura después del desayuno. En la casa hay tres dormitorios muy dispares. El primero está en el ático, y muestra en su techo la cubierta a dos aguas. Una puerta, alojada en uno de los costados e integrada en una batería de armarios de DM lacados en blanco, da acceso al baño. El solado es una tarima de gran formato de pino Douglas. La iluminación se resuelve con dos botes de techo dorados y un enorme ventanal de cubierta tipo Velux. La cama levita sobre el espacio.
El Marqués siempre dice que el mejor dormitorio de la casa es aquel donde mejor concilia el sueño, recostado en el sofá del salón, a medio sumergir en la bañera, o sobre el periódico tras una lectura después del desayuno. En la casa hay tres dormitorios muy dispares. El primero está en el ático, y muestra en su techo la cubierta a dos aguas. Una puerta, alojada en uno de los costados e integrada en una batería de armarios de DM lacados en blanco, da acceso al baño. El solado es una tarima de gran formato de pino Douglas. La iluminación se resuelve con dos botes de techo dorados y un enorme ventanal de cubierta tipo Velux. La cama levita sobre el espacio.
El segundo está en la planta principal. Le fascina la vista, el mar batiendo a los pies de la cama, un enorme ventanal que se asoma al océano. El cabecero se resuelve con un simple resalte interior del revestimiento de madera que se repite en el techo. Una alfombra clara y la ropa de cama y canapés en blanco.
Hay uno más pequeño, en el que siempre se quedan las visitas de larga duración, diseñado con ese ‘apenas nada’ nórdico que tan bien construye remansos de silencio. Solado emblanquecido y una pequeña plataforma de pino sobre el que se asienta el colchón y una ventana con su cerco de madera resaltando sobre el blanco de las paredes. Tres o cuatro objetos, una flor en una campana de vidrio, un taburete, una mesa baja en pino y vidrio, un kilim bereber y una lámpara que son tres palos de madera y una bombilla.
Invitados a la vista: Ten un kit de urgencia siempre listo
Invitados a la vista: Ten un kit de urgencia siempre listo
Bodega
“Nada como un espacio donde guardar mis vinos”, le comentó el marqués al arquitecto de las mil cabezas. Aquí huyó de fríos minimalismos y se hizo construir un espacio de luz más tenue, con un solado de teselas de vidrio circulares y borada de cemento, estucos oxidados en paramentos que lagrimean como las piernas de los taninos en el interior de una copa, y las columnas salomónicas en nogal que dan paso a la cava. El vino como pretexto para un lugar de introspección con una zona de degustación con dos butacas bajas de cuero sobre una alfombra de piel de vaca. Un espejo de madera labrada devuelve la mirada de la botellas en sus estanterías.
“Nada como un espacio donde guardar mis vinos”, le comentó el marqués al arquitecto de las mil cabezas. Aquí huyó de fríos minimalismos y se hizo construir un espacio de luz más tenue, con un solado de teselas de vidrio circulares y borada de cemento, estucos oxidados en paramentos que lagrimean como las piernas de los taninos en el interior de una copa, y las columnas salomónicas en nogal que dan paso a la cava. El vino como pretexto para un lugar de introspección con una zona de degustación con dos butacas bajas de cuero sobre una alfombra de piel de vaca. Un espejo de madera labrada devuelve la mirada de la botellas en sus estanterías.
Espacio de trabajo
La sala de trabajo en esta casa está construida alrededor de una mesa, como no podía ser de otra manera, con la luz bañando el suelo de baldosas hidráulicas. Dos mesas blancas, una enfrentada a la otra y sustentadas por una estructura metálica pintada de rojo. Una estantería, dos butacas de oficina años 70 tapizadas en cuero sobre estructura de acero inoxidable y la maravillosa silla mariposa o BKF, diseñada por Ferrari-Hardoy y presentada por el grupo Austral en el Tercer salón de artistas decoradores de Buenos Aires en 1940.
La sala de trabajo en esta casa está construida alrededor de una mesa, como no podía ser de otra manera, con la luz bañando el suelo de baldosas hidráulicas. Dos mesas blancas, una enfrentada a la otra y sustentadas por una estructura metálica pintada de rojo. Una estantería, dos butacas de oficina años 70 tapizadas en cuero sobre estructura de acero inoxidable y la maravillosa silla mariposa o BKF, diseñada por Ferrari-Hardoy y presentada por el grupo Austral en el Tercer salón de artistas decoradores de Buenos Aires en 1940.
Baño
El baño principal es totalmente simétrico, con una zona para él, y otra para ella, (cuando se decide a visitarlo). La madera es protagonista, con una tarima ancha de roble en solados y falso techo. La ducha funciona como un atrio o patio exterior, inundada de luz y separando ambos espacios. Una encimera de hormigón cose al fondo los lavabos y una repisa en el interior de la ducha. Todo el baño se abre a un jardín interior que le otorga cierta privacidad.
Los radiadores se resuelven bajo dicha encimera, cilíndricos y bajos. Los dos inodoros se enfrentan también, uno a cada lado de la lluvia, ofreciendo la posibilidad de conversaciones cruzadas.
Baño: 10 ideas básicas para que parezca más grande y cómodo
El baño principal es totalmente simétrico, con una zona para él, y otra para ella, (cuando se decide a visitarlo). La madera es protagonista, con una tarima ancha de roble en solados y falso techo. La ducha funciona como un atrio o patio exterior, inundada de luz y separando ambos espacios. Una encimera de hormigón cose al fondo los lavabos y una repisa en el interior de la ducha. Todo el baño se abre a un jardín interior que le otorga cierta privacidad.
Los radiadores se resuelven bajo dicha encimera, cilíndricos y bajos. Los dos inodoros se enfrentan también, uno a cada lado de la lluvia, ofreciendo la posibilidad de conversaciones cruzadas.
Baño: 10 ideas básicas para que parezca más grande y cómodo
Al marqués le encanta también su ducha exterior, con la luz que se vierte por las paredes de cemento bruñido, y cuyo exterior está encalado.
Piscina
La piscina tiene dos mundos. El subacuático es el que más le interesa al marqués. Le gusta visualizar el cuerpo del nadador sumergido en esa grieta abierta al hormigón. También cómo la luz se filtra a través del agua para crear una atmósfera en el interior de la estancia, derramándose por el forjado visto de hormigón encofrado con tabla de madera y reflejando a su vez sobre la superficie acuosa de la piscina interior.
Estilos del mundo: 15 piscinas con vistas de ensueño
La piscina tiene dos mundos. El subacuático es el que más le interesa al marqués. Le gusta visualizar el cuerpo del nadador sumergido en esa grieta abierta al hormigón. También cómo la luz se filtra a través del agua para crear una atmósfera en el interior de la estancia, derramándose por el forjado visto de hormigón encofrado con tabla de madera y reflejando a su vez sobre la superficie acuosa de la piscina interior.
Estilos del mundo: 15 piscinas con vistas de ensueño
Espacios exteriores
Uno de sus espacios preferidos de la casa es el porche trasero, que se abre a un jardín mediterráneo de pinos y lavanda. El suelo de microcemento blanco y los asientos de obra, bajo un techo de cañizo. Una pared de piedra de marés cierra la bancada.
Como única pieza la lámpara Cesta de Milá, portátil como estos espacios que son hoy –y ahora– los que conforman esta casa imaginaria.
Quizás mañana serían otros…
CUÉNTANOS…
¿Qué es lo que más te gusta de la casa soñada de Alberto Marcos?
Uno de sus espacios preferidos de la casa es el porche trasero, que se abre a un jardín mediterráneo de pinos y lavanda. El suelo de microcemento blanco y los asientos de obra, bajo un techo de cañizo. Una pared de piedra de marés cierra la bancada.
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