Pregunta al experto: Cómo cuidar (y disfrutar) el jardín en octubre
En otoño es importante prestar atención a los numerosos residuos del momento, especialmente a la multitud de hojas.
Llegan las lluvias. Llega el frío. El sistema de riego deja de utilizarse y en la arqueta de la llave de paso, que no se va a visitar durante meses, se instala el sapo de todos los años a invernar (pronto cumplirá 20 años). Tampoco los erizos acuden de noche a comer las sobras de las cenas veraniegas porque ya se han metido en su guarida a aletargarse. Este es, a grandes trazos, el jardín de octubre: tristón y maravilloso. Final y principio. Los crisantemos (Chrysanthemum sps.) y los coronados o reina margarita (Helychrisum bracteatum) están en todo su esplendor porque son flores de día corto. Las especies bulbosas de floración estival, como las cañas de las Indias (Canna indica) o las dalias (Dahlia pinnata), van decolorándose y piden ser cortadas. Ahora es el momento de plantar los tulipanes (Tulipa hybrida), los narcisos (Narcissus sps.) o los nazarenos (Muscari armeniacum), que desde finales de invierno desplegarán sus colores a modo de brillante despertador del año. Es también la época de los residuos, papelotes que trae el viento, ramillas de leña seca… y hojas, todas las hojas del mundo que pueden transformarse en compost con que cubrir el suelo para evitar su erosión y deterioro por los hielos que pronto aparecerán.
El cambio de color de los follajes de árboles y arbustos caducifolios es palpable, aunque falten unas pocas semanas para que se desnuden. En la fotografía, el amarillo claro, clarísimo, del granado en primer término (Punica granatum), contrasta con el tostado del piruétano (Pyrus bourgaeana) de detrás. A finales del mes de noviembre ambos se encontrarán sin ni una hoja, pero antes el milagro del otoño y sus colores nos darán escenas bellísimas.
En octubre hay que acudir al altillo sobre el armario donde guardamos los jerséis para enfundárnoslos. La temperatura baja y, además, la hora cambia, anocheciendo mucho antes y obligándonos a encerrarnos en casa. El jardín pierde velocidad, la vida continúa pero de manera mucho más tranquila y apacible.
Las cabezas florales de rabioso color del verano, dejan paso a tonos más pastel y cremosos como los de las inmortales y siemprevivas.
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Se impone la plantación de bulbos de floración primaveral: crocus, narcisos, galantus o tulipanes, para que en 3 meses aparezcan de nuevo las flores en el jardín… o eliminar flores marchitas a dalias, áster, heliantos o rudbekias para que continúen por unos días más en flor. ¿Quieres plantar aún flores? Compra acónitos (Aconitum carmichaelii), nerines (Nerine bowdenii), ciclámenes (Cyclamen hederifolium), que junto a los crisantemos conseguirán que el jardín emprenda un vuelo final antes de que el invierno se adueñe del tiempo.
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Aún no son de esperar heladas, pero un jersey no está de más. Muchos días de este mes el paraguas y el chubasquero serán necesarios porque si todo es normal se cumplirá el refrán: ‘Por Santa Teresa (día 15), las nubes traen agua a las presas’.
Nubes, por cierto, que pueden estropear las flores de, por ejemplo, los crisantemos que estás cultivando con denuedo y que deberás tapar con láminas de plástico fino al menor chispeo.
Nubes, por cierto, que pueden estropear las flores de, por ejemplo, los crisantemos que estás cultivando con denuedo y que deberás tapar con láminas de plástico fino al menor chispeo.
La máquina segadora deberá seguir trabajando de vez en cuando (cada 15 días) para mantener la hierba libre de los numerosos residuos del momento, sobre todo hojas caídas. Como habrás notado hasta ahora te hemos dado una descripción de cómo está el jardín, pero, naturalmente, hay más. A falta de flores, las bayas y las cortezas toman todo el protagonismo. Entre los primeros encontramos acebos (Ilex aquifolium), rosas antiguas, como Rosa moyesii, y pernetias (Pernettya mucronata). Entre los segundos, Acer griseum, Cornus alba, Prunus subhirtella “Autumnalis”…
Cómo segar el césped para que esté perfecto
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Recoge las últimas semillas de flor y las maravillosas bayas del mes (como las de este espectacular espino de fuego: Pyracantha coccinea) y las de vivaces y anuales tardías: sédum (Sedum sieboldii), equinácea (Echinacea purpurea), caña de las Indias (Canna indica). Además, siega el césped por última vez en el año, al menos para cortar la hierba, porque es aconsejable pasar la máquina para recoger residuos; pon el programador de riego en la posición “rain”, y descansa, escuchando los últimos mirlos.
CUÉNTANOS…
¿Qué haces en el jardín en octubre?
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