Antes y después: Un huerto para una familia en un balcón de París
Un balcón antiguo y soso se ha convertido en un huerto urbano en el que los niños de la casa gozan con la jardinería.
DESPUÉS: el propietario se puso en manos de una paisajista que le asesoró en cuanto a materiales y proveedores. A excepción del suelo de madera, las plantas y material de jardinería se ha adquirido en un vivero a las afueras de París. “La tienda está a las afueras de la ciudad, cerca de una estación de cercanías. Como el dueño no tiene coche fue muy práctico comprar todo aquí. En todo caso, tuvimos que recurrir a un servicio de coche compartido y volver a recoger los materiales porque las jardineras que habíamos comprado pesaban unos 6 kilos y medio y no podíamos llevarlas en el tren”, cuenta como anécdota la paisajista.
Encuentra paisajistas en la zona en la que vives para tu próximo proyecto
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La idea de la paisajista fue instalar primero un suelo de madera que reemplazase el antiguo suelo de zinc. “El suelo de madera ha permitido nivelar el piso y que las jardineras se asienten bien. Además, aporta mucha más calidez a la terraza”, asegura.
Suelo de madera de pino: Leroy Merlin
Suelo de madera de pino: Leroy Merlin
El dueño de la casa es aficionado al bricolaje, así que sólo le llevó tres tardes instalar el suelo de madera de pino estriado. El pequeño espacio que quedó entre el suelo y la pared se rellenó con plantas y piedras. “Tuvimos la idea de utilizar suculentas y piedras blancas como acabado. Ahora, los niños tienen la costumbre de traer pequeñas suculentas cada vez que van de viaje a algún sitio para plantarlas aquí”, cuenta la paisajista.
Al fondo del balcón, en la esquina, se ha diseñado una zona de piedra blanca en el suelo en la que se han colocado unos maceteros altos y redondos. “Con las macetas grandes quise romper la forma lineal y alargada de las jardineras y dar un toque diferente a la esquina”, cuenta. La paisajista seleccionó macetas de diferentes tamaños para que el conjunto fuera más dinámico y variado y las rellenó con plantas de colores suaves. A la izquierda podemos ver un arce japonés; en medio, un rosal blanco oloroso y una lavanda a la derecha. También al fondo del balcón, suspendida de la barandilla, se ha instalado una bolsa geotextil con compost donde crecen algunas especias.
Las dos jardineras son la parte más importante de este proyecto. Aproximadamente miden 1 metro de largo por 35 centímetros de alto y profundo.
Las jardineras tienen un sistema de riego integrado. “El cliente decidió plantar el huerto en el mes de mayo, pero me dijo que en verano estaría fuera, justo cuando las plantas empiezan a dar sus frutos, así que tuve que idear un sistema de riego integrado. Su madre podría venir de vez en cuando y cosechar las verduras”, cuenta la paisajista.
Las jardineras tienen un sistema de riego integrado. “El cliente decidió plantar el huerto en el mes de mayo, pero me dijo que en verano estaría fuera, justo cuando las plantas empiezan a dar sus frutos, así que tuve que idear un sistema de riego integrado. Su madre podría venir de vez en cuando y cosechar las verduras”, cuenta la paisajista.
La solución fue adquirir dos jardineras “inteligentes” de la firma Noocity. Este tipo de macetas viene con un depósito de agua integrado y funcionan muy bien para plantar especias, plantas aromáticas, legumbres o incluso pequeñas frutas.
“La ventaja de estas jardineras es que pueden montarse en solo 20 minutos y sin necesidad de herramientas. Hay que unir una pieza de tejido geotextil al marco de metal. El montaje es tan sencillo que los niños de la casa pudieron hacerlo solos. En la imagen se puede ver el sistema de riego en la parte inferior de la jardinera. Hay que rellenarlas de bolas de arcilla y cubrirlas que con la tela geotextil. Después se rellena con compost y ya está lista para plantar”, dice la paisajista.
“La ventaja de estas jardineras es que pueden montarse en solo 20 minutos y sin necesidad de herramientas. Hay que unir una pieza de tejido geotextil al marco de metal. El montaje es tan sencillo que los niños de la casa pudieron hacerlo solos. En la imagen se puede ver el sistema de riego en la parte inferior de la jardinera. Hay que rellenarlas de bolas de arcilla y cubrirlas que con la tela geotextil. Después se rellena con compost y ya está lista para plantar”, dice la paisajista.
El grifo del agua se encuentra en un lateral. “No hay necesidad de regar todos los días, incluso aunque haga calor; con llenar el tanque cada 15 días es suficiente para mantener las plantas perfectas. Por un proceso capilar, las bolas de arcilla del depósito suministran a las plantas la cantidad de agua necesaria. No obstante, durante las primeras semanas tras la plantación es necesario regar a diario para que el agua empape bien en el depósito”, cuenta la paisajista.
En la imagen, abuela y nieto compartiendo las labores de jardinería. Fue ella quien tuvo la idea de cubrir las jardineras con corteza de pino, lo que facilita que el suelo, en este caso de compost orgánico, mantenga la humedad. Fueron los niños los que quisieron recrear un huerto urbano en el balcón, plantando especies como lechuga, tomate, apio, albahaca, rábano, fresa, pimienta, romero o menta.
“Quisimos hacer un jardín de mantenimiento sencillo, apto para principiantes que quieran tener un pequeño huerto sin necesidad de preocuparse por el riego de las distintas variedades. Gracias a la profundidad de las jardineras, que tienen 28 cm, se puede cultivar incluso verduras que requieran un suelo profundo, como las zanahorias”, asegura.
“Quisimos hacer un jardín de mantenimiento sencillo, apto para principiantes que quieran tener un pequeño huerto sin necesidad de preocuparse por el riego de las distintas variedades. Gracias a la profundidad de las jardineras, que tienen 28 cm, se puede cultivar incluso verduras que requieran un suelo profundo, como las zanahorias”, asegura.
El balcón se ha convertido en el lugar favorito de la casa. Muchas tardes la familia toma el aperitivo fuera. La mesita roja de café disfruta de una segunda vida rodeada de plantas.
Esta foto se hizo un mes después de la reforma. Se puede ver cómo el pequeño huerto va progresando adecuadamente. “Las tomateras han crecido más de un metro y hemos tenido que usar la barandilla como guía”, cuenta la paisajista.
Incluso se han animado a cultivar calabacines, como se ve en la foto.
Una foto de principios de julio. Los tomates prometen…
Los niños se han implicado a fondo en este proyecto. “Desde que tienen el huerto, van cada mañana a la terraza para ver cómo van creciendo las plantas y hacer las labores de mantenimiento, que son sencillas y apenas requieren un ratito al día. También les encanta sentarse en la otomana de la terraza a disfrutar del jardín”, cuenta la familia.
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Quien vive aquí: un padre de 40 años con sus dos hijos de 6 y 10 años
Situación: París
Superficie del balcón: Aproximadamente 6 metros de largo por 1 metro de ancho
Duración de las obras: tan sólo tres tardes y una tarde para comprar los materiales
Presupuesto: aproximadamente 700 €. El suelo de madera de pino costó 90 euros. Las jardineras redondas, la grava, el sustrato, las plantas y las semillas costaron 300 € y los maceteros, 280 €
Proyecto: Anouck Barcat
ANTES: el suelo original era una cubierta de zinc que con el paso del tiempo se había ido levantando.