El jardín de Codorníu: Un espacio fascinante con 150 años de historia
Glicinias centenarias, lagos y espacios secretos enmarcan la arquitectura modernista de la finca Codorníu, en Sant Sadurní d’Anoia.
Entramos en la finca de Codorníu, empresa que se dedica a la elaboración de cava, fundada por Jaume Codorníu en 1551. Todos los edificios originales modernistas del recinto fueron diseñados por Josep Puig i Cadafalch, alumno aventajado de Antoni Gaudí, mientras que las ampliaciones, de 1950, son obra de Lluis Bonet i Garí. El magnífico jardín está cuidado hoy por uno de los mejores jardineros catalanes: Miguel Ángel Ruiz Villanueva. Paseamos con él entre sus misteriosos lagos, pérgolas regias, rincones secretos y toda clase de plantas. ¡Descúbrelo con nosotros!
Miguel Ángel Ruiz Villanueva se encarga del mantenimiento del jardín Codorníu. Este barcelonés, muy entendido en especies vegetales, sus cuidados y emplazamientos, reconoce que su lugar preferido es esta zona asilvestrada: una tendencia imparable entre los actuales paisajistas. Aquí, laureles, hiedras, helechos, ruscos y otras especies autóctonas salvajes campan a sus anchas.
Jardín de la semana: Puro Mediterráneo
Jardín de la semana: Puro Mediterráneo
Una de las claves del buen paisajismo rural es el diálogo del jardín con el entorno circundante. En la costa catalana se encuentra como asociación dominante el pino piñonero, el ciprés, el madroño, el alcornoque y los sauces cabrunos, entre otros. En este jardín se respetan estas asociaciones vegetales y se potencian con láminas de agua y surtidores.
Josep Puig i Cadafalch se inspiraba en la naturaleza y sus formas, desde las curvas florales hasta las rectilíneas cañas. Esta de la fotografía es la primera edificación que el maestro creó en la finca Codorníu.
Esta es una de las zonas de paseo del jardín, abierta en su zona de acceso con este estanque semicircular, pero que se va cerrando a medida que se va recorriendo, como en un gran abrazo verde. Se trata de un espacio que sugiere la vocación de parque que tiene el resto del jardín.
El murmullo del agua está garantizado con este surtidor modernista, que pertenece a la primera época del jardín y que representa a un pez saltando.
El nenúfar, todos los secretos del rey del estanque
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Hay pocas cosas tan bellas y características de nuestro país como los cipreses recortándose contra el cielo azul. Procedente del área más oriental del Mediterráneo (Chipre quiere decir ciprés), esta aguja vegetal, altísima y estrecha, es propia de toda esta zona. En la lámina de agua destacan las tifas filamentosas.
Además de contar con grandes áreas de esparcimiento visual y zonas para caminar donde deleitarse con grandes ejemplares arbóreos, amplios lagos y recoletos estanques, encontramos rincones de gran encanto modernista como este pasillo de acantos (Acanthus mollis).
Cómo conseguir un jardín sostenible y fácil de mantener
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La valeriana roja (Centranthus ruber) es una de las especies autóctonas que visten este jardín. A esta vivaz le encanta la influencia marina, por lo que es signo de que el mar no debe andar demasiado lejos. Aun siendo tan bella, es muy resistente, e incluso ha llegado a alcanzar fama de invasora. Una invasora que bien manejada puede llenar zonas baldías que de otro modo necesitarían mayor aporte de abonos y agua.
En este jardín podemos encontrar un buen número de fantásticos ejemplares vegetales, arbóreos o arbustivos, verdaderas piezas maestras, elementos únicos a admirar y conservar. Resulta sorprendente, por ejemplo, la gigantesca glicinia (Wisteria sinensis) que forra la pérgola principal del enclave. Y si hablamos de árboles, este roble (Quercus robur) es sin duda la joya de la corona del jardín.
Codorníu es un ejemplo de viticultura sostenible. En 1872 elaboraron el primer cava y desde entonces no han parado de evolucionar y ampliar sus espumosos. Para ello, parten de la base de las variedades de uvas de 3 zonas climáticas dentro de la denominación de origen Cava: Macabeu, Xarel·lo y Parellada en la comarca del Penedès.
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Quién vive aquí: Entre 1551 y 1659 lo hizo la familia Codorníu. A partir de entonces, fecha de la boda entre Anna Codorníu y Miquel Raventós aquí vive la familia Raventós-Codorníu
Situación: Sant Sadurní d’Anoia
Superficie del jardín: 20.000 metros cuadrados
Dato curioso: Es un jardín que se puede recorrer en tren turístico
Antoni Gaudí tuvo dos discípulos que destacaron por su talento y creatividad: Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch, el autor, éste último, de las primeras edificaciones en la finca Codorníu. Posteriormente, en la década de 1950, el arquitecto Lluís Bonet i Garí (uno de los encargados de terminar la Sagrada Familia) acometió la construcción de los nuevos edificios. Aunque han pasado muchos años, el estilo mediterráneo se conserva en cualquier rincón de la finca, como se aprecia en la soberbia y preciosa masía de la imagen, al lado de un talud xerófilo de acceso, hecho a partir de agracejo rojo (o berberis) y aloe naranja.